Es más cómodo anotar que tener que luchar con la memoria.
Un simple papel blanco guarda lo que debemos hacer.
Que por la falta de atención o descuido se olvida.
Puede ser también por desinterés.
Mejor no pensar mucho y en ese pedazo de papel le anotamos
Tan pequeño y cuanto nos ayuda.
Sin duda la memoria hay que ejercitarla.
A medida que crecemos esta se va agotando.
Y es más fácil no darle un lugar en la atención cuando tenemos una nota.
Ahí está escrito lo que debemos hacer.
Solo leemos y no hace falta más.
Bueno, sacar el pequeño papel y marcar lo realizado.
Porque si no hacemos esto nos asalta la duda.
Es claro que la memoria se burla de nuestra incapacidad para recordar.
Y hasta esa hoja de nota se olvida que está en el bolsillo.
Es una manera de competir con el recuerdo.
Hacemos lo posible para saber lo que nos ocupa.
Digamos que es una intermedia entre la acción y el recuerdo.
Dándole importancia a ambas actividades.
Tal vez, lo veamos como la seguridad de no quedarnos con la falta de algo.
También es un reconocimiento a ese papel que fue blanco.
Y hoy contiene la escritura de la actividad para no olvidar.
Hecha de la escritura, como se le dice: de puño y letra.
Raro, porque no se realiza con el puño sino con la mano.
Y según seas será con la diestra o la siniestra.
Es increíble que a esta palabra se le asigne a la mano izquierda ese nombre.
Lo siniestro es más que una orientación.
La palabra se torna malvada o perversa sin que la veamos.
Pero bueno, también las palabras tienen varios significados.
Y esta la asociamos más con el concepto de lugar o sitio.
Dándole la aclaración de que lo siniestro es lo izquierdo.
Ya dejé la memoria y la hoja de notas, olvidadas.
Tengo que anotarlas para que pueda seguir pensando en ellas.
Eso me demuestra cuán importante es mantener esta forma de pensamiento.
Así seguiremos por la vida haciendo lo que tenemos que hacer, sin olvidarnos
Ñiko
